1. Introducción

Tradicionalmente se asocia el concepto de misiones con el mítico programa Apolo de los EEUU, cuando, en mayo de 1961, se plantearon el objetivo de enviar una persona a la luna y traerla de vuelta antes de terminar la década. Este objetivo era casi impensable con la tecnología disponible entonces, por lo que, teniendo una meta común, se propusieron emplear a más de 400,000 personas de múltiples disciplinas y una considerable inversión de capital para que, 8 años mas tarde, en 1969, cumpliendo con las metas temporales propuestas, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, lograran el hito marcado. Esto detonó un sinfín de avances tecnológicos y la victoria de la carrera espacial sobre la Unión Soviética, que había conseguido hasta ese momento los mayores hitos en el espacio, como el primer satélite en órbita, el primer ser vivo en el espacio , el primer hombre −Yuri Gagarin− y la primera mujer -Valentina Tereshkova. Fue tal el éxito y la rentabilidad para la economía americana de esta inversión, que en EEUU llaman moonshot a todo programa disruptivo de avance tecnológico con objetivos muy concretos.

De manera similar, múltiples instituciones y gobiernos han venido impulsando sus propios “moonshots” después del hito marcado por los EEUU, este es el caso del proyecto que detona el presente informe de áreas de oportunidad, que en la presente oportunidad está dedicado a la problemática de nuestra ciudad relacionada con la Talento, Empleo y Formación.

Aunque este informe no representa en sí la construcción de la misión ciudad referente a la temática definida, si hace parte de los insumos necesarios para poder identificar las diversas oportunidades que ésta abre, a partir de las lecciones aprendidas en otras regiones que ya han emprendido la construcción de soluciones relacionadas, donde se podrán apreciar los elementos conectores entre nuestra situación regional y la que estos abordaron en su momento, permitiendo identificar tecnologías y acciones que llevaron a generar resultados que en mayor o menor grado impactaron los lugares donde fueron aplicados.

Una vez identificadas las posibles acciones a generar, y partiendo desde un análisis de las dinámicas globales de Investigación, Desarrollo e Innovación -I+D+i, se procedió a identificar aquellas tecnologías o acciones que podrían tener un mayor impacto en la región, partiendo de las capacidades locales y condiciones específicas que marcan nuestro entorno, de esta forma se podrían identificar fortalezas y debilidades que permitan construir oportunidades.

Por último, contrastando los elementos recopilados, con las condiciones presentes en Medellín, el Valle de Aburra y el país en general, se presenta un recopilado de oportunidades a las cuales se podría acceder para la construcción de la(s) misión(es), y que ayudan a dar línea sobre las ventajas que puede aportar a nuestra región el abordar los retos que presentan estas problemáticas.

2. Problemática desencadenante

El avance en la apropiación de las tecnologías de la cuarta revolución industrial podría influir en el incremento del desempleo e informalidad (los cuales en la actualidad superan el 12,8% y 41,7% respectivamente), ya que podrían ser reemplazados por las tecnologías de base robótica y bajo algoritmos inteligentes. Adicionalmente, Medellín cuenta con la segunda cifra más alta entre las ciudades más importantes del país de jóvenes entre los 14 y 18 años desescolarizados y sin bachillerato finalizado, alcanzando un 18,6% de los jóvenes que terminan vinculados al mercado laboral como mano de obra no cualificada con salarios de bajos ingresos. Bajo este escenario, es necesario la reeducación de la fuerza laboral existente y la formación de la nueva fuerza de trabajo (los jóvenesvenes) que suplirán la demanda laboral del futuro.

3.1 Desempleo en Medellín

En Medellín, con datos disponibles a 2017, las comunas que presentaron las mayores tasas de desempleo fueron: Popular 14,9%, Doce de Octubre 13,3%, Villa Hermosa 12,3% y Manrique 12%, comunas en donde la mayor población se encuentra entre los estratos 0 a 3, en contraste con las comunas de Laureles-Estadio 6,1% y El Poblado 2,3% que representan los porcentajes de desempleo más bajos y cuya población se encuentra en estratos más altos(Medellín cómo vamos, 2020).

En la siguiente tabla se muestran estadísticas recientes del mercado laboral de personas jóvenes, en la cual se destaca la alta tasa de desempleo, que ha crecido significativamente, ello explicado principalmente por los efectos del Covid-19 en la economía (que se siguen dando).

Así mismo, los jóvenes entre los 14 y los 28 años son el grupo poblacional que mayor vulnerabilidad presenta en el mercado laboral, estos registran tasas de desempleo más altas y sus tasas de ocupación y participación son más bajas que las del resto de la población en edad para trabajar, según el informe de desempleo juvenil de Medellín Cómo VAmos 2019 (Medellín Cómo Vamos, 2020). Esto contrasta con que los jóvenes son un segmento importante de la sociedad y representan aproximadamente el 26% de la población de Medellín(DANE 2020a).

Algunas de las razones por las cuales los jóvenes son una población vulnerable a la hora de tener un empleo, según la organización internacional del trabajo, son la poca experiencia laboral y la alta informalidad laboral, lo que conlleva a una nula o baja pretección social y a un bajo nivel de ahorro, y que frente a los demás grupos de edad, tal como lo presenta la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el tipo de puestos de trabajo que ocupan tiene más probabilidades de automatizarse total o parcialmente (Medellín Cómo Vamos, 2020).

Añadiendo a lo anterior, en 2018 se presentó el porcentaje más alto de jóvenes nini en Medellín y la región metropolitana en los últimos cinco años, con un 18,4%, luego para el 2019 el porcentaje disminuyó a un 18%, esto es, 169.143 jóvenes en 2018 y 165.996 en 2019. Al discriminar por sexo, en 2019 aproximadamente 6 de cada diez jóvenes nini del Valle de Aburrá eran mujeres (62%), éstas tenían en promedio 10,5 años de escolaridad; los hombres jóvenes que no estudiaban ni trabajaban tenían en promedio 9,2 años de escolaridad y representaban el 38% (Medellín Cómo vamos, 2020).

En lo concerniente a la empleabilidad y la facilidad con la que los jóvenes y personas en general consiguen trabajo formal, inciden factores como la educación y, en esta, el entrenamiento de habilidades necesarias para el trabajo, es decir, aquellas que ya están establecidas o han cambiado relativamente poco en el tiempo, o que son impulsadas por tendencias de mercado, y otros factores coyunturales. Y a su vez, es importante tomar en cuenta el estado de la economía, ya que influye significativamente en la capacidad de abrir nuevas líneas de trabajo. Luego, en lo referente al mejoramiento del empleo, es necesario que exista una doble coincidencia de puestos de trabajo disponibles con la existencia de personas aptas. En este sentido, en este informe se tratarán principalmente las temáticas desde una perspectiva de la demanda, en la que se verán algunos aspectos que pueden impactar positivamente las oportunidades de empleo, sin embargo, no se analizarán los aspectos que determinan por qué una empresa decide contratar personal, ya que de ello dependen una gran cantidad de factores macro y microeconómicos.

Seguidamente, la introducción y desarrollo de la automatización habilitada por tecnologías de la cuarta revolución industrial, trae la promesa de una mayor productividad (la cual impulsa el crecimiento económico), y mayor eficiencia. Pero estas tecnologías consllevan distintas discusiones sobre un impacto más amplio de la automatización en los trabajos, las habilidades, los salarios y la naturaleza del trabajo en sí. Muchas de las actividades que realizan los trabajadores hoy en día tienen el potencial de ser automatizadas, lo que implicaría una pérdida de empleos, lo cual contrasta con, por ejemplo, sitios web de empleo coomo LinkedIn y Monster, que usan tecnologías similares de automatización para cambiar y expandir la forma en que las personas buscan y encuentran trabajo y en cómo las empresas identifican y reclutan talento, de manera similar, los trabajadores independientes están optando cada vez más por plataformas digitales para ofrecer bienes y servicios (Mckinsey, 2017b).

A partir de los siguientes criterios usados por Mckinsey (2017b) y su uso del término, digitalización abarca:

- La digitalización de activos (incluidas: la infraestructura, la conectividad de las máquinas, y los datos

- Digitalización de las operaciones (procesos, pagos, modelos comerciales, e interacción con grupos de interés).

- Digitalización de la fuerza laboral (nuevos puestos, uso de herramientas digitales por parte de los trabajadores y capacitación en temas relacionados).

Mckinsey encuentra que, al medir cada uno de estos aspectos, se encuentran disparidades entre países, entre sectores e incluso entre las grandes empresas. Seguidamente, es importante ver que los sectores que están altamente digitalizados, por ejemplo, los servicios financieros, los medios de comunicación y el propio sector tecnológico, suelen estar entre los sectores con mayor crecimiento de la productividad y salarios. Luego, se habla de que la digitalización continuará cambiando la forma en que las empresas organizan el trabajo y así como la combinación de trabajo en cualquier sector. Lo que significa que es necesaria una adaptación y una transición permanente por parte de los trabajadores en cuanto a competencias, empresas e incluso los sectores en los que trabajan.

Por otra parte, actualmente también existe una fuerte preocupación en torno a las tecnologías de la cuarta revolución industrial, fundamentalmente en las bases robóticas y algoritmos inteligentes de estas, las cuales pueden fácilmente sustituir muchas de las labores que le competen a la fuerza laboral actual. Mientras que los costos de la mano de obra continúan aumentando cada vez más, el precio de la tecnología toma el rumbo contrario gracias a sus avances y facilidades de producción, como se muestra en la grafica. Esto genera una percepción de incremento del desempleo por parte de la población. al ser preferida la tecnología sobre la mano de obra existente (World Economic Forum, 2019a).

Bajo un panorama desalentador donde se vislumbra una pérdida de 75 millones de empleos a nivel global, según el Foro Económico Mundial, también se debe resaltar un incremento sustancial de 133 millones de nuevos empleos, sin limitaciones especiales, industriales o funcionales, los cuales serán marcador por un mayor componente de creatividad, enfocador a la resolución de problemas, y habilidades blandas como comunicación interpersonal. Este tipo de trabajos resultan de gran interés para la nueva demanda laboral en comparación con los trabajos que desaparecerán (World Economic Forum, 2019a).

En la siguiente gráfica se muestran 10 tecnologías de la cuarta Revolución Industrial y cómo estas pueden impactar tanto los empleos y estilos de vida como al medio ambiente. Estas son: MAteriales avanzados, tecnología de la nube incluyendo Big Data, drones y vehículos autónomos, biología sintética, Realidad Virtual y Aumentada, Inteligencia Artificial, Robots, Blockchain, Impresión 3D e internet de las cosas. Para efectos prácticos, en el análisis realizado se enfocaron en aquellas tecnologías que pueden llegar a reemplazar y crear nuevos empleos, como es el caso de la inteligencia artificial y robótica (PWC, 2017).

Se espera que las tecnologías de la cuarta revolución industrial impacten aproximadamente la mitad de los empleos debido a la naturaleza de sus tareas altamente automatizables. sin embargo, la OCDE brinda una lista de los roles dentro de industrias específicas que son más propensos a ser obsoletos y automatizados, encabezada por los sectores de preparación de alimentos, construcción, limpieza, conducción y agricultura, con una probabilidad superior al 50% (World Economic Forum, 2019b).

Por su parte, BBC estima que las tres ocupaciones con la mayor probabilidad de automatización son las poco calificadas o rutinarias las cuales pueden llegar a ser reemplazados por un robot, y las que requieren de una renovación en sus habilidades y capacidades. Por otro lado, los que tienen el riesgo más bajo son los médicos, los profesionales de la enseñanza y los profesionales superiores en educación, cuyas tareas se enmarcan bajo una combinación de habilidades blandas como la empatía, razonamiento, emociones, intuición humana, las cuales son difíciles de replicar por máquinas.Un estudio realizado por McKinsey muestra que menos del 5% de las ocupaciones pueden ser completamente automatizables, ya que cada ocupación está compuesta por diferentes tareas, que si bien algunas de ellas pueden ser automatizables, siempre quedarán otras que deben ser realizadas por una persona, por ejemplo, un vendedor puede tener tareas que requieran interactuar con los clientes, revisar el inventario de estanterías, o registrar las ventas, y cada una de estas tareas requiere de diferentes capacidades para ser ejecutadas con éxito (McKinsey, 2017a).

Además, según World Economic Forum (2018) se prevé que las tareas realizadas por obra de mano no calificada serán automatizadas, pero aun así la revolución robótica creará 58 millones de nuevos empleos en los próximos cinco años; las últimas investigaciones del Foro Económico Mundial pronostican que, para 2025, las máquinas realizarán más tareas de trabajo actuales que las personas, en comparación con el 71% de tareas que realizan las personas hoy en día. La rápida evolución de las máquinas y los algoritmos en el lugar de trabajo podría crear 133 millones de puestos nuevos, en lugar de los 75 millones que se desplazarán desde ahora hasta el año 2022.

Así pues, los trabajos manuales, que requieren destreza, resistencia o precisión son algunos de los empleos que están siendo reemplazados por nuevas tecnologías que optimizan dichas operaciones, así mismo, actividades que tengan que ver con la administración de personal, de tiempos o control de calidad. Pero a medida que unas profesiones se ven reemplazadas por nuevas tecnologías, van surgiendo otras profesiones necesarias para enfrentar una industria 4.0, como lo son los científicos de datos, especialistas de machine learning, desarrolladores de software y desarrolladores de sistemas de gestión entre otros. También con los cambios tecnológicos y profesiones se requiere que los profesionales tengan un pensamiento analítico, innovador, las tecnologías están en constante cambio y exige una formación constante para la resolución de problemas.

Entre las recomendaciones de distintas firmas consultoras ante la automatización y su potencial para reemplazar distinto trabajos, se encuentra que Deloitte (2018) habla de unas estrategias de reincorporación del talento humano reemplazado por la automatización, mediante esquemas de transformación laboral y reentrenamiento, permitirá paliar los daños generados por el reemplazo y acelerar la productividad de la economía mundial alrededor de 1.4 % del PIB anualmente, asumiendo que esta fuerza laboral mantiene la misma productividad sostenida en el 2014. Así mismo, por el riesgo cibernético están desacelerando o pausando proyectos de AI en algunas compañías).

Por otro lado, ACS (2018), se requiere un cambio en el panorama de la fuerza laboral para impulsar la disrupción tecnológica, señalando que las capacidades más importantes para apoyar el crecimiento de la AI se relacionan a los temas de ciberseguridad, ciencia de datos y expertos en mercados y tecnologías emergentes. Asimismo, EY (2019) indica que el crecimiento de la AI creará 133 millones de nuevos puestos de trabajo y solamente reemplazará alrededor de 7 millones hasta 2022. Incluso se espera que para la próxima década cerca del 46 % del mercado laboral se encuentre desempeñando labores en puestos de trabajo que no existen todavía.

En Colombia, la tasa de ocupación de los jóvenes reportada en el 2017 daba cuenta del porcentaje de jóvenes ocupados, según su nivel de formación: básico, medio o superior. El nivel básico incluye las personas que reportan tener ningún nivel de escolaridad, las que cuentan con primaria y aquellas que han logrado la secundaria básica; el nivel medio incluye personas que reportaron tener grado 10° y 11°; y el nivel superior consta de las personas que cuentan con un nivel técnico, tecnológico, universitario y posgrado. La encuesta realizada en las 6 regiones del país demuestra que los jóvenes con formación superior presentaron el porcentaje más alto de ocupación, mientras que la educación media se ubica en un promedio de 56% (DANE, 2018).

Estos resultados reflejan un impacto significativo para el país en cuanto a trabajos reemplazables, siendo más de la mitad los empleos vulnerables a cambios o reemplazos debido a la automatización que resulta de la adopción de las nuevas tecnologías. Adicionalmente, de los más de 1.600.000 empleos que se ofrecieron en el 2017, 40% requería únicamente de la certificación de la educación básica secundaria, mientras que un 32% corresponde a ofertas laborales que requiere por lo menos un título universitario. Esto significa que en Colombia el 40% de los empleos ofertados podrían ser también reemplazados, o en su defecto requieren de una capacitación y reeducación en nuevas habilidades y conocimientos específicos (DANE, 2018).

El Informe del Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Atlántico, de Uninorte, analizó el impacto del cambio tecnológico en la desigualdad y el efecto en el mercado laboral para Colombia. El informe mostraba una pérdida cercana a los 3.500.000 empleos asociados a actividades de comercio al por menor, industria y agricultura, las cuales se presentaría ante la sustitución de mano de obra por la tecnología (El Heraldo, 2017).

El comercio al por menor, la industria y agricultura presentan el mayor porcentaje de desempleo esperado debido al alto potencial de automatización que tienen sus puestos de trabajo para futuros períodos, con el 53%, 66% y 49%, respectivamente. El cambio técnico generará un desplazamiento en la tecnología de producción, lo que hará más productivo el trabajo calificado respecto al no calificado, y aumentará el nivel de empleo de los empleados mejor preparados (El Heraldo, 2017).

Ahora bien, teniendo en cuenta la probabilidad de riesgo de automatización en cada tipo de empleo según el Foro Económico Mundial previamente citado, se realizó una aproximación de los empleos potenciales a ser reemplazados, a partir de un cruce de información con las estadísticas reportadas por el DANE de algunos tipos de trabajo. Es importante aclarar que, por limitaciones al acceso de información, solo se puede realizar el análisis para ciertos tipos de empleo y solo se puede tomar como una aproximación, ya que cada concepto de empleo acotado por el DANE puede abarcar un amplio espectro en materia de empleabilidad.

En este análisis se encontró que la mayor pérdida potencial se vería en la industria manufacturera, pues es la que mayor trabajo repetitivo requiere y está entre los porcentajes más altos de automatización, generando una pérdida potencial de más de 159 mil empleos para Medellín y en términos generales la pérdida se traduce aproximadamente a un tercio de los empleos sino se cuenta con las habilidades y capacidades requeridas por la adopción de las nuevas tecnologías. De allí la importancia de la formación en nuevas tecnologías a las nuevas generaciones de la fuerza laboral y la capacitación a los empleados existentes para la correcta adaptación a los nuevos cambios e impedir una fuga de conocimiento para la empresa y una pérdida del trabajo para el empleado (DANE, 2020b).

Para hacer frente al desempleo juvenil de la mano con Proantioquia, Medellín ha implementado diversas estrategias orientadas tanto a la capacitación en nuevas habilidades de la población económicamente activa y empleada, como a los jóvenes próximos y potenciales a entrar al nuevo mundo laboral. Una de estas estrategias es el plan “Jóvenes 4.0”, dirigida a uno de los segmentos más vulnerables que son los jóvenes de hogares de bajo ingreso que se encuentran en una condición particular: ni estudian ni trabajan (“nini”). Esta población a pesar de mostrar su interés en continuar sus estudios o ingresar al mercado laboral están expuestos a la exclusión social, dado los requerimientos del mercado laboral y de la sociedad actual, sumado a la carencia de conocimientos técnicos y habilidades básicas limita el acceso de los jóvenes a empleos de calidad. Así las cosas, los jóvenes de menores ingresos, que en promedio tienen menores años de escolaridad, presentan desventajas para insertarse adecuadamente al mundo laboral (Medellín Cómo vamos, 2020).

Con este plan se espera además impactar áreas como la reproducción de la pobreza, la cual está asociada a los déficits educativos de este segmento poblacional. Para esta tarea, la tecnología cuenta con un rol importante y es por esto por lo que se tienen en cuenta las brechas en el acceso a las soluciones digitales y todas las barreras posibles que impidan a los jóvenes aprovechar estas oportunidades de educación. Como respuesta a estas barreras, se dota de la infraestructura tecnológica y se garantiza la conectividad a internet de los jóvenes que recibirán la formación (Medellín Cómo vamos, 2020).

La propuesta parte de fortalecer y adecuar el programa Jóvenes en Acción en Medellín a través de una transferencia monetaria condicionada por valor de $200.000 al mes, junto con una estructura de formación virtual que oriente sus contenidos a los sectores del Valle del Software, por un periodo de seis meses o lo que dure el curso (Medellín Cómo vamos, 2020).

De igual forma, esta propuesta contempla dos modalidades de formación que dependen del nivel educativo con el que cuente el aspirante:

- Formación en programación básica: dirigido a jóvenes que tienen como mínimo noveno grado aprobado.

- Formación en STEM: dirigido a jóvenes que tienen secundaria completa.

El impacto de este plan de educación en Colombia, específicamente en Medellín, se dimensiona en un 26% teniendo en cuenta que, los jóvenes entre los 14 y 28 años son el grupo poblacional que mayor vulnerabilidad presenta en el mercado laboral, estos registran tasas de desempleo más altas, tasas de ocupación y participación más bajas que las del resto de la población en edad para trabajar. Este es un segmento importante de la sociedad, que representa aproximadamente el 26% de la población de Medellín (DANE 2020). Se espera entonces, que la nueva generación, que tengan como mínimo noveno grado aprobado o secundaria completa, y que no tengan los recursos suficientes para acceder a una educación superior, puedan aprovechar esta oportunidad, fortalecer sus habilidades blandas y técnicas.

También existe el programa Medellín Jóven de la Alcaldía de Medellín, que es un servicio de información a la ciudadanía que brinda la Alcaldía de Medellín a través de su Secretaría de la Juventud, para las personas conozcan y accedan a diferentes programas, entre los que incluyen algunos asociados a oportunidades de empleo, que entidades públicas, privadas, mixtas y comunitarias tienen disponibles para los jóvenes que viven en el municipio (Medellín Joven, s.f.)

De igual forma, para los estudiantes de educación superior, se han planteado estrategias en Medellín como el plan Matching en Alianza con la ANDI, orientado especialmente al desarrollo de habilidades blandas y capacidades requeridas por el mercado laboral, a través del acompañamiento y conexión entre los estudiantes de últimos semestre de educación superior y las empresas de diferentes sectores productivos, usando la experiencia práctica como principal medio conductivo hacia el aprendizaje y adquisición de las capacidad y habilidades. Esta experiencia práctica está mediada por el trabajo creativo, colaborativo e interdisciplinar de los participantes y su involucramiento en el entorno empresarial, a través de la co-creación y solución de retos (SAPIENCIA, 2019).

También se han adelantado iniciativas desde el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) con su proyecto Empresario Digital, plataforma que busca formar y certificar a por lo menos 100.000 empresarios del país, de diferentes sectores económicos, para que desarrollen sus capacidades en el uso y apropiación de las TIC, para que puedan transformar digitalmente sus negocios, mejorar la productividad e incrementar ventas (MinTIC, 2018).

4.1. Caso 1: JOBS4TECH, Educación vocacional y Entrenamiento, Unión Europea

4.2. Caso 2: Huawei ICT academy, Shanghai